Si nos ponemos técnicos, como se acostumbra ahora, el arte es la manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Que mala suerte para los antis, pues el toreo cumple las tres. Yo se lo explico.
Un torero expresa sus sentimientos, emociones, con los trastos de torear. Morante dibuja con su capote la expresión de la belleza, de la tranquilidad y de la suavidad. Es capaz de hacer música con un trapo, porque las melodías del cielo suenan de alegría cuando Morante lleva el toro ligado, con su mentón hundido mientras su cintura torea. La muleta de Morante habla, en silencio, pero dice mucho. Dice cuando está bien y cuando está mal. Si Morante no es capaz de producir destellos de esperanza algo le pasa. Su franela nos dice que no se encuentra bien. Si es capaz de tirar por la calle del medio por la condición del toro Morante está seguro de sí mismo e incluso si al de La Puebla le gusta su embestida es capaz componer una figura inmortal que deja huella.
En Vistalegre no pasó nada que no se espere de Morante. Un contrasentido, en principio, porque siempre es distinto. El primero de la tarde, con muy poca fuerza, permitió al sevillano recordarnos, en un pasaje muy breve, lo que Paula habló un día, Morante transformó el sueño. El segundo de su lote muy pocos artistas querrían verlo. Morante no lo vio, pero se inspiró. ¿Quién puede frenar eso? Que baje el más valiente y le pare. Yo me quede paralizado en sus naturales y derechazos, largos, hondos, bajos, con el toro enrollado en su cintura.
Le dieron dos orejas. En Portugal juzgan si la maldita colocación de la espada y sigue habiendo afición…No puede ser que se le pite porque un presidente crea que tiene que hacer la gracia, al fin y al cabo son apéndices a una obra…
A Talavante también se le atragantó el acero, pero fue lo único. Nada tiene que ver con el torero de la temporada pasada. El campo le ha ayudado a recuperar la confianza perdida en sí mismo y en el toro. El ansia de triunfo y de morder al animal le llevó a distanciarse en los primeros compases de la faena de muleta. Al natural lo cerró más y consiguió unos olés de mayor duración. Quedaba el 5º, un toro noble de Cubillo y con más calidad que sus blandos y descastados hermanos. Ahora sí lo entendió a la perfección Alejandro y le cuajó una gran faena. Por el derecho repitió bien y por el izquierdo tiró de él el torero para cuajar la primera gran faena de un Alejandro Talavante que, si el toro no lo impide, ha vuelto a mandar en el ruedo.
Cerraba cartel Cayetano. ¿Quién se atreve a hablar de morbo? A esos les ha durado lo que dura el paseíllo, no ha existido ninguna competencia más. En todo caso de la de Morante con Carretero que bregó impresionante al sexto, un toro al que se llevaron las mulillas demasiado pronto, pues sin ser fácil repetía la embestida. No fue la tarde de Cayetano, no hay que abalanzarse sobre él pero de lo que no hay duda es el diferente nivel al que están los tres matadores. Puedes estar mal una o dos temporadas en un circuito, esto no es llegar y besar el santo…