La primera gran feria del año acapara estos días toda la información taurina. Parece que tras las dos corridas de figuras de Vistalegre (si no llenan esos carteles, tenemos lo que nos merecemos) y las corridas de Garcichico -que Dios sabe cómo serí la rechazada si se aprobó la que salió por toriles- y la de Norit del Cuvillo -como han mencionado ya en otro blog- el nivel del toro subiría.
Lo difícil es que se hubiera bajado pero esa subida no ha sido la esperada. La que se espera de una plaza de primera. Además no han funcionado bien. Un toro de Victoriano que sorteó Julián, otro muy bueno de Jandilla que asesinó Rivera Ordóñez y algún detalle en la de Alcurrucén. Pero todas ellas por debajo de lo deseado.
Pero no por eso han pasado pocas cosas en Valencia estos días. El Juli aprovechó la fortuna del sorteo para cuajar una buena faena al más noble de Victoriano en una faena de más a menos.
-En esa misma corrida se despedía Vicente Barrera de Valencia. Bueno, de Fallas.
-¿Entonces se despedí de Valencia o no?
-Pues no oiga, no. Todo indica que en el mes de julio hará su último paseíllo en el ruedo de su ciudad.
-¿Entonces por qué pidió el sobrero de regalo?
-Pues vaya usted a saber. Ya sabe como son las modas
-¿Si lo hizo Juan Mora en Vistalegre y ahora Vicente en Valencia?, ¿Será costumbre?
-Es lo que pasa con que los iluminados que hacen los reglamentos no sepan por donde caga una vaca. Y así nos va.
Pues con la lluvia que comenzó a caer cuando el Juli se deshizo del molesto sexto y la plaza estaba medio vacía de gente y medio llena de agua saltó el séptimo. Le cortó una oreja que nada tuvo que ver con la ganada por Julián.
Todos entendemos lo entendible pero entiendan que Ponce no tendría porqué matar un toro más si a Vicente le hubiera ocurrido algo.
Algo grave también ocurrió en la del domingo. La de Jandilla llevaba el premio en cuarto lugar. Hizo que Rivera se templara pero no lo suficiente para dar reconocimiento a la bondad del toro. Un crimen fue la estocada en el guarismo que le propinó Paquirri. Más abajo es difícil. Oreja. Igual que a David con sus rehiletes. Orejas de domingo, porque decir de pueblo sería injusto. Ir un domingo y a ese cartel es decisión de cada uno.
Y otra oreja cortaron Leandro y Bautista a la de Alcurrucén en un cartel que completaba Miguel Abellán, quien está teniendo mucho cartel en las plazas de Simón Casas. ¿Habrá flechazo y apoderamiento? Es pronto, e incluso una suposición absurda.
Así las cosas no fue mejor el juego de los novillos de Javier Molina. Esperanzas dieron el oficio del francés y de Juan del Álamo que dentro de poco dará el paso a matador. Su labor ahora es convencer que tiene que volver como torero a esas plazas donde está despuntando como novillero. ¿Lo conseguirá?