Unos van y otros vienen, unos se quedan y otros adelantan. El Cid no estaba, la temporada pasada no estuvo y cuando estaba, estaba mal. Pareció vislumbrar en Madrid el final del tunel, la conclusión de la agonía que no le dejaba despegar. Llegó a la cima con los toros de Victorino. Triunfos paralelos en sus inicios y caminos distintos en las temporadas más recientes. No es el momento de Victorino, no está bien. Por un día se han encontrado en Bilbao. Los Victorinos han superado el compromiso. A izquierdas han embestido 4. Luego las perlitas típicas del ganadero. Igual mejora igual no. Eso el tiempo que nunca engaña porque ha dictado sentencia a un torero de Salteras.
Manuel Jesús Cid ha vuelto. No estaba muerto, para nada, hoy en Bilbao ha estado a la altura, por encima de sus toros, ha vuelto para quedarse y para estar arriba. Toreó magníficamente al natural a su primer toro. Con las embestidas justas y siempre hacia dentro con mayor gracia. No terminó de humillar, fue Manuel Jesús quien arriesgó y le tragó mucho para muletearlo al natural con pases largos. Pinchó, como novedad, y un descabello fulminó al toro. Una cosa es exigencia y otra que se inventen la ley de la estocada entera.
Peligro tenía el sexto. Joya de la «A» coronada. Inicio prometedor de faena. Arriesga en todo momento. Busca el sitio, le presenta bien la muleta. Sereno y seguro. Aquí está El Cid con la alimaña entrepelada. El toro anda, mira y no tiene fijeza. El que no entienda que a ese toro ni agua hace daño a la fiesta. A ese toro, estocada y manta. Demasiado, incluso, expuso un saneado Manuel Jesús. Hoy estuvo, estuvo el torero.
Urdiales no se ha quedado atrás. Bueno «adelante» porque fue el primero en tocar pelo. Otro toro incierto al que supo entender. Por el derecho nada, como el de Cid, apostó por entregarse a izquierdas y el estoconazo le sonrió. Rodó el toro y cortó una oreja, de mucho peso, tras una buena labor por el pitón izquierdo que casi llegó a tener temple. Poder sobre el toro, lo que más se vio. El quinto una perla de Victorino. Para chorizos igual es bueno.
Juan José Padilla dolorido e impreciso abrevió en su primero. A porta gayola se fue a recibir al cuarto. Toro muy serio y con mucha nobleza. Colaboró con Padilla por ambos pitones y desarrolló cierta condición buena en la muleta. A gusto y con olor puro en su faena cortó un apéndice. Se tiró a matar. Oreja justa.
Toros de Victorino Martín, serios, a excepción, del 2º impropio de Bilbao. Aptos para el toreo 1º,2º, 3º y 4º con matices. Complicados el 5º y 6º.
Juan José Padilla, silencio y oreja.
Diego Urdiales, oreja y saludos.
Manuel Jesús ‘El Cid’, saludos y silencio.