Jimenez Fortes
En una de esas idas y venidas por ver toros llegó la noticia. Jimenez Fortes iba a torear en Santander ocupando el puesto del mexicano Sergio Flores. Un novillero, Fortes, al que hay que seguir por sus cualidades y su gusto. Intenta hacer las cosas bien y con verdad aunque el novillo no colabore.
Santander fue testigo de lo jodido que es triunfar y demostrar tus ganas. A base de valor y pundonor Fortes se puso delante de sus dos novillos. Cada cual peor. Por mansos y por malas intenciones derivadas de su falta de casta. La casta la puso toda el novillero que dentro de muy poco se hará matador de toros en Bilbao. Otra cita que no se puede perder. Sería un error.
Y la mala suerte, y pese a ver el peligro de ese cuarto novillo de La Quinta Jimenez Fortes no dio un paso atrás. Intentó sin suerte sacar algo de la nada. Pero como novillero y futuro matador de toros no cesó en el intento de obtener resultado positivo.
La cornada llegó. Muy fea y dura. Cornadas que te curten como torero y que enseñan, espero por lo menos que a que el malo no te debe enganchar nunca. Pero claro, ¿quién se quita cuando esto está así de difícil? Al fin y al cabo las cornadas terminan curando. Para lo que no hay cura es para el valor y el gusto. Y ahí está sobrao.
Esperar que el tiempo es sabio. Y da la razón. Es momento ya de que un toro se le deje. ¿Por qué no en la alternativa en Bilbao?
Ya les contaré, porque no me lo pienso perder.
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