3 TOREROS 3


Siempre hay que ser cauto a la hora de hablar del estado de una ganadería. Para ejemplos los de Joselito tras la pifia de Santander hizo envainársela a más de uno con las de Sanse y Bilbao. El bajón de los fuenteymbros de Ricardo Gallardo en las Corridas Generales o los apuntes que dejó Victorino de recuperación también en el Aste Nagusia. Claro que los números no mientas y echando cuentas lo que en su día vendió Paco Medina se terminó. La temporada es crucial para ver si la selección ha continuado en la ganadería de «El Ventorrillo» para estar en primer nivel. Por este camino la de crucial va a pasar a que la crucen. Llegarán los de «El Montecillo» dentro de un tiempo.

Los que llegaron y estaban en la plaza fueron Enrique, Julián y José María. Tres toreros tres que no pudieron enfrentarse a seis toros seis. Las matemáticas siguen su curso en el escalafón y sentencian que El Juli lleva una temporada arrolladora en la que nadie le aguanta el ritmo. Ponce que lleva toda una vida arriba, mantenido al nivel que marcan los que llegan y un Manzanares que cada día tiene más elegancia y que está arreando como si la temporada dependiera de cada corrida. Eso es una figura, al margen de toritos bajos y sin cara,- !ja y ja!, en Bilbao hay pa todos- el que un día revienta un pueblo perdido de cualquier provincia y el que expone todo y limpia la mierda de los mansos en las plazas grandes.

Ponce lo intentó con el primero y hasta brindó a su público. Justo de fuerza y sin clase. Reservón y orientado. Una chufla domecquense que ni a tiros sirve. El cuarto fu distinto. Algo más se movía, sin casta también, no se crean. La sapiencia del maestro de Chiva volvió casi bueno o menos malo al toro.  Lo mimó y le permitió. A buen entendedor pocas palabras basta. Los pases ahí quedaron y calaron. Sin forzar al descastado. Si le apretaba, se defendía. Otro síntoma más de la descastación de El Ventorrillo. Pases para adentro donde el toro estaba más a gusto, hacia tablas. Y le sacó buenos pases aprovechando la huidiza embestida. En redondo sin quitarle ni un momento la muleta de la cara y remate para los adentros, utilizando la inercia del animal. Estocada baja y petición. No accedió el presidente. No importa, a sus 49 paseillos en Bilbao era como si fuera su presentación y tuviera que gustar.

Julián lo intentó. Desde banderillas apuntaba el toro a una muestra de mansedubre y falta de casta. Como si quisiera ser ejemplo en los libros. Salió suelto y se rajó al poquito. Bastante lo aguantó Juli en el tercio. Un logro.El quinto se fue a los corrales por inválido. Sobrero de Ortigao Costa, a más. Lo quitó por chicuelinas de mano baja. Largo por el izquierdo y por el derecho. Por el derecho y por el izquierdo. Largos los pases, con la mano muy baja. Tanda va y tanda viene. A cual mejor. Cumbre, soberbio. Poder y sabiduría. Es imposible que alguien aguante el ritmo. Siempre a más él y el toro. Bilbao boca abajo rendida al número uno. Caída la espada y una oreja.

Manzanares ya está. Recuperado y vivo. Avispado, que es más taurino. Curtido y hecho. Lo primero era entender al toro. Tercero de la tarde, se dejó sí, ¿por qué? Manzanares es la respuesta. Muy bien ligando los pases por el izquierdo y tapando los defectos del toro. Metía la cabeza en la tela y salía de los pases como buscando a alguien en el tendido. Igual al ganadero que quería preguntarle por qué lo vendió como bravo si no lo era. Bravo fue el torero, bravo y bueno sometiendo al animal. Que toreó muy bien y muy a gusto. Casi entera que terminó entrando. Muy buen sitio para la espada. Tardó en morir y con el descabello -¡otra vez esta feria!- perdió las orejas.

En el que cerró plaza lo toreó templado y despacio. Sorteó buen lote el torero y también los toros sortearon buen torero pues el de Alicante limó las embestidas con la cara alta y la flaqueza de su oponente. Citó en largo y lo llevó cosido y muy por abajo. Profundo en las tandas con un toro con poca fuerza y abriéndose en las embestidas. Bonitos remates, pintureros y elegantes. Seña del concepto de Manzanares. Buen colofón de faena templando por arriba y por abajo para cerrar al toro. Estocada de la tarde y oreja y media.

Tres toreros tres por encima de la corrida.

Cinco toros de «El Ventorrillo» (uno más devuelto) y un sobrero (5º) de Ortigao Costa. Bien presentados y faltos de raza. Mejor el 3º. Muy Bueno el 5º de Ortigao Costa que fue a más en la muleta.

Enrique Ponce: silencio y vuelta tras petición.

«El Juli»: silencio y oreja.

José Mari Manzanares: ovación con saludos y oreja con fuerte petición de la segunda.

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