CUATRO OREJAS PARA DIEGO VENTURA
Se dice mucho que el público de Madrid es cambiante en feria y que en rejones la gente va con otra predisposición a los toros. Una y otra vez se puede comprobar como la gente ni sabe de caballos ni tiene intención de saber nada. Como siempre, la ignorancia es la madre del atrevimiento.
Ayer con cada banderilla se tocaban las palmas como si de un circo se tratara, por lo menos esperarse al momento del encuentro y tras clavar que se aplauda lo que se quiera. El lugar donde se deje el rejón no importa, aunque también está importando poco con los pedestres, dicho sea de paso. Pero lo que sí que recuerda a una corrida de a pie es que tampoco la de Los Espartales pasó entera el reconocimiento.
Eran toros cómodos, que mansearon mucho de salida y que no terminaron de encelarse con los caballos salvo el 2º que fue bueno. Ése toro le sirvió a Diego para hacer el toreo puro a caballo y el toreo de arte. Fue la faena más completa de Ventura en Madrid, con poder, mando y sabiendo que estaba toreando al toro. ¿Se enteraron en los tendidos? No lo sé. Vibraron igual con un quinto toro en el que Ventura tuvo que tirar de recursos con Morante y sus mordeduras para que la gente no se defraudara. Dos formas de interpretar el arte del rejoneo en una misma tarde. Cuatro orejas como cuatro soles para abrir la Puerta Grande. Ahora solo falta que le abran las de las plazas importantes que todavían niegan lo evidente.
Leonardo Hernández no se quiso quedar atrás. Buscó el triunfo con un parado tercero y un complicado sexto toro remiendo de Bohórquez. Las cosas no salieron como en las tardes anteriores y la suerte suprema le arrebató las orejas de sus oponentes.
Arrebatado vivió Sergio Galán la oreja a su primero, que hacia presagiar que la tarde iba a tener triunfo. Madrid ha ido degenerando: todos la quería y entre todos la mataron. Lo de mejor plaza del mundo lo pongo en duda, mucha duda, subjetiva, arbitraria y sin conocimientos suficientes de lo que pasa en el ruedo. Desconocimiento de rejones y de toreo a pie. La prudencia siempre es la mejor amiga en cualquier campo.
Así nos evitariamos problemas. Además no tiene emoción ver la Puerta Grande de un rejoneador, sí la tiene, pero no es lo mismo. El público ecuestre no entiende un final con la terna a pie…
Cinco toros de Los Espartales, reglamentariamente despuntados para rejones. Chicos en su conjunto. Mansos en línes generales. El 2º bueno. Remiendo de Fermín Bohórquez (6º) con complicaciones.
Sergio Galán, oreja y saludos.
Diego Ventura, dos orejas y dos orejas.
Leonardo Hernández, silencio y saludos.
Foto: las-ventas.com
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