LA TARDE DEL POR FIN
Por fin pasaba una corrida el reconocimiento veterinario y un ganadero podría lidiar el encierro completo. Los elegidos han sido los toros de Parladé que salvo el lavadito tercero presentaron hechuras de toros, serios por delante y con remate. Enlazando esa última característica con lo rematadamente mansos y descastados que eran por dentro. Podridos no, lo siguiente. No permitieron lucimiento alguno y sólo pudimos disfrutar de la voluntad, muy variopinta de los tres espadas.
El toricantano buscó los quites, voló bien el capote e intentó templar a la verónica a sus dos oponentes. Fuera de sitio bien es cierto, se topó con un lote infumable que no dejó ver los motivos por los que sigue en esto.
Por fin le han dado a Diego Urdiales una corrida no torista y en San Isidro. Pero desgraciadamente ha sido el deshecho de la cabaña pues tal golosino se transformó en un soporífero recital de mansedumbre. Supongo que los que editan los libros de toros han elegido a estos cuatreños como ejemplo de lo que no debe ser un toro de lidia. Pero hay más. El día 21 la segunda parte. Seguimos esperando a Juan Pedro.
Matías Tejela, el del dos por uno, dos tardes mal por una bien, hizo lo más destacado de la tarde. Matar al quinto rápido, acortar la tarde, que por fin se acabó.
Seis toros de Parladé. Bien presentados y sin ningún tipo de característica de toro bravo.
Diego Urdiales, silencio y silencio tras aviso.
Matías Tejela, silencio en ambos.
José Manuel Mas, que tomaba la alternativa, silencio en ambos.
Foto: las-ventas.com
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